NET(art)WORKING


Selección de proyectos, eventos e iniciativas de Net Art

Proyectos: Borderhack (México), Burn Station, (España), Constitución (España), (España), Fadaiat (España), Infomera (México), Medellín WIFI (Colombia), Re:combo (Brasil), Red Libre Red Visible (España).
Selección: Gustavo Romano

por Gustavo Romano

Podemos definir “networking” como la acción de promover la creación de redes y sacar provecho de las herramientas de comunicación bidireccional que las nuevas tecnologías nos ofrecen. Partiendo de esta perspectiva, vemos que no todo el net art se ubicaría en esta categoría, sino sólo aquellas propuestas en las que el arte deja de ser un “objeto (aún siendo virtual) hecho por artistas”, para ser una plataforma, un entorno, una máquina de sentido cuyas piezas se van acoplando constantemente en función de la participación que éstas generen.

En algunos de estos casos, el artista intenta desaparecer, hacerse invisible tras un “colectivo”. En otros casos ni siquiera esto resulta relevante ya que el artista adopta el rol de promotor, de alguien que pone en escena un argumento del que nadie conoce su final y ni aún su próxima escena. En algunos casos, este desplazamiento del artista parecería estar ligado a aquella idea de Beuys de que “cada hombre es un artista” en tanto que se pretende una participación activa y decidida y la transformación del usuario en “networker”.

Esta selección de iniciativas las vemos en un momento en que parece estarse conformando una nueva Internet. De una web 1.0, de contenidos estáticos y cerrados, estamos pasando a lo que Dale Dougherty denominara la web 2.0, en la que el uso de los weblogs, los rss, los wikis, ha ido jerarquizando la interacción y creación de redes sociales por sobre la mera publicación de contenidos para un consumo pasivo. Bajo este nuevo paradigma de red, cabe preguntarse si no estaremos ante la aparición de un nuevo modelo de net art, el net art 2.0

A las redes virtuales las preceden y le dan sentido las redes físicas. No hace falta aclarar que la mayor interactividad se da en un “gathering”, en un encuentro físico entre personas que comparten puntos de vista similares. Pero lo que agrega mayor alcance geográfico, y mayor velocidad es el encuentro virtual que posibilitan las nuevas tecnologías. Tal el caso de Borderhack cuyos orígenes debemos rastrearlos en la iniciativa de diversos artistas que vivían muy lejos geográficamente de Tijuana y muy lejos entre sí, pero que se contactaron compartiendo intereses a través de redes virtuales como por ejemplo la de . Fue en Europa donde en 1997 durante la Documenta X de Kassel, se creó un festival a modo de campamento que se llamó “kein mensch ist illegal” (nadie es ilegal) donde activistas y artistas manifestaron su descontento contra el trato a los emigrantes “ilegales” en la frontera Alemania/Polonia. Tres años después, este festival-campamento-medialab se trasladó hacia la ciudad de Tijuana donde tomó el nombre de Borderhack!, con la intención no de disolver la frontera, sino de hacerle un “reverse engineering”, comprender su estructura y descubrir su funcionamiento.
Durante tres días se montó un campamento donde se realizaron diversas actividades como conferencias, talleres, exposiciones fotográficas, de arte digital e interactivo, proyecciones de documentales y películas, así como un área de cómputo donde, por medio de la red, el festival estuvo en contacto con el resto del mundo transmitiendo algunas de las actividades y colocando información diaria en la página del evento, así como dando acceso gratuito de servicios de larga distancia e Internet a migrantes que querían comunicarse con sus familias.

El festival generó gran preocupación en aquellas entidades encargadas de controlar la frontera a quienes podemos imaginar haciéndose muy extrañas preguntas: Un muro no puede detener lo virtual, pero… ¿puede lo virtual derribar el muro?¿Existe la posibilidad de que alguien logre hackear la frontera? ¿Y qué demonios significa eso, después de todo?

Del proyecto de hackear la frontera, vayamos a otro proyecto, el de construir un puente virtual sobre el Estrecho de Gibraltar: Fadaiat, que en árabe, significa satélite, trasbordador espacial y también, antena parabólica, icono de identificación del inmigrante, convertida en herramienta de comunicación bidireccional.
Este evento que, en su primera edición tuvo lugar el 22 y 23 de junio de 2004 simultáneamente en un castillo histórico en Tarifa (Andalucía), situado en el Estrecho de Gibraltar, y en Tánger (Marruecos) fue promovido por colectivos y personas que trabajan en los ámbitos del arte, multimedia, medios independientes, comunicación y movimientos sociales de base para fomentar la creatividad, el pensamiento y la acción en torno a las ideas de libertad del conocimiento y libertad de movimiento en el contexto de la reciente historia geopolítica de la zona. Se dispuso una red de streams en directo de audio y vídeo, producidos desde Tarifa, Tánger y otras partes del mundo, para construir un puente virtual sobre el Estrecho, documentando los eventos que ocurrieron entre los dos lugares.

Este puente virtual entre nodos libres, promoviendo la libertad de información pero también la de movimiento puede pensarse como un caso de arquitectura virtual, una de posibles nuevas arquitecturas del siglo XXI.

Otro ejemplo de nueva arquitectura, en este caso arquitectura social, lo representa e-valencia.org, un foro público, abierto, sin restricciones, jerarquías, ni presiones desde los estamentos de poder, a través del cual la comunidad artística y cultural valenciana articula una propia organización de sus intereses. e-valencia.org , inicialmente un proyecto artístico de Daniel García Andújar presentado en dentro de su muestra The Power of Security y concebida como una revista y un archivo de noticias culturales en el ámbito valenciano, logra trascender esa instancia y se constituye en un muy concurrido espacio de libre acceso en el que cualquiera puede comunicar sus opiniones públicamente y sin mediaciones, creándose así un espacio para el debate, difusión y discusión de la valenciana, en Internet. De esta forma, por ejemplo, se denunciaron las paradojas del Encuentro Mundial de las Artes y la Bienal de Valencia, y se organizó la oposición al cierre del Centre del Carme mientras se denunciaba el deterioro de la programación del IVAM.
Esta herramienta de discusión de la cultura y de las decisiones de las instituciones públicas en el ámbito local, se termina posteriormente reproduciendo, como lo haría un ente vivo, desde el networking local al global, y se crean los sitios e-, e-norte, e-seoul.

En todos los casos vemos el uso de la red, de la web 2.0 como medio y a la vez como sistema, como paradigma de convivencia y de contrato social. Toda red necesita sus protocolos de comunicación. Toda sociedad su constitución. ¿La sociedad en la era de Internet no se merece un protocolo editable, consensuado en tiempo real? Esto parece haber pensado el Taller d’Intangibles que convirtió la constitución española en un Wiki, una página web que cualquiera puede editar desde su navegador, volcando los títulos y artículos de la constitución de 1978. En el tiempo en que la misma estuvo funcionando (actualmente el wiki está deshabilitado), se podía acceder al índice, elegir el artículo que se deseara modificar, luego “editar” y cambiar lo que se quisiera. Cada artículo tenía además una página de discusión para fomentar el debate.

Podríamos preguntarnos y analizar por qué se terminó el proyecto de la wiki constitución. Es que si bien este formato ha sido una herramienta que ha generado importantes y hoy en día indispensables fuentes de información consensuada, como por ejemplo la que ofrece la Wikipedia , debemos recordar que también se han producido allí feroces batallas virtuales como la ocurrida con respecto a la página correspondiente a George W. Bush durante la invasión a Iraq y que obligó a cerrar definitivamente el libre acceso para su edición.

La red se nos presenta como un espacio de libre transito e intercambio virtual, pero también como espacio de disputas, como un escenario efímero de discusiones, construcciones, luchas y consagraciones. Donde se han producido por ejemplo, desde aquella renombrada primera guerra de hackers en 1991 (The Great Hacker War) previa a la www y con tecnologías ya obsoletas, cientos de batallas y ataques de los cuales la única huella es cierta reseña de algún cibercronista bélico.

Dentro del campo del net art y cercano a estas luchas digitales encontramos infomera.net, nombre que surgió de las palabras, información y efímera, y que consistió en una serie de acciones performáticas en las que a lo largo de siete encuentros, a manera de un mano a mano mediático, sin reglas y en tiempo real, dos artistas en red durante 48 horas, modificaban libremente el contenido de la página, cuya composición y destino era una incógnita constante y cada instante único e irrepetible. El público no sólo pudo seguir lo que ocurría en los eventos, sino que podía ser partícipe de la transformación del sitio, ya que el nombre de usuario (infra01) y la contraseña (b0207) eran de carácter público. El proyecto, en el que participaron catorce artistas de diversos países y bajo la coordinación de Arcángel Constantini, fue presentado dentro de las actividades del Museo Tamayo.

Las luchas de Infomera no perseguían la destrucción del rival (a diferencia de las batallas de hackers EEUU vs. China, 2001 o Chile vs. Perú, 2005) sino cierto exhibicionismo en la destreza en el uso del software aplicado al absurdo. Pero estos luchadores, en lugar de una combinación de llaves y patadas, dominaban un abanico de trucos baratos en javascipt, en lugar de disfraces y maquillaje, hacían uso de una batería de gráficos recuperados del caché del navegador o de un CD de clipart, en lugar de trofeos de guerra, aspiraban al honor eterno de ingresar al hall de la fama de los net campeones del wild wild web.

Siguiendo la lógica del remix pero focalizado en la construcción de un entorno de uso común, de una plataforma de intercambio paralela y alternativa al concepto de se encuentra la iniciativa de Re:combo, uno de los pioneros en cuestionar el tema de la autoría en medios digitales.
Según sus propias palabras, “Re:combo es más que una banda pop, un ensayo teórico sobre la autoría y la propiedad intelectual en el siglo XXI hecho para bailar”. Un colectivo de músicos, artistas plásticos, ingenieros de software, DJs, profesores y académicos, que trabajan en proyectos de arte digital y música de una forma descentralizada y colaborativa. El grupo se desenvuelve en ciudades como Recife, João Pessoa, Salvador, Belo Horizonte, Rio de Janeiro, São Paulo y Caruaru, ofreciendo su propio material para que éste sea reutilizado y recibiendo imágenes y sonidos del resto del mundo.

Re:combo es sobre todo, una plataforma a la que uno se suma, una forma no apropiativa de creación a la cual se adhiere al llenar el formulario para “ingresar” a la red de remixers. En 2004, basándose en este formato de aceptación de condiciones, ( Licença de Uso Completo Re:combo v.1.0 ) creó una nueva licencia de libre remix (the Recombo licence)

Lo recombinable debe recombinarse, lo reproducible, reproducirse. Y las redes digitales son el medio propicio para que esto ocurra y a la máxima velocidad. Pero si las leyes le impiden seguir reproduciéndose en el mundo virtual, el networking debe trasladarse a lo físico. Burn Station , literalmente la “estación de quemado”, es una instalación y una acción por el derecho a una cultura libre que se basa en el desarrollo de un software para el sistema operativo GNU/Linux y un servidor local. Este kit de distribución-difusión libre de audio se comporta como un self-service de contenidos digitales. Se trata de una base de datos local compuesta por grupos y autores de música independiente, así como contenidos radiofónicos documentales de carácter social y activista que automatiza el proceso de selección y grabación de archivos. El núcleo del proyecto son el colectivo Platoniq y Ramiro Cosentino . Platoniq es una plataforma de producción, distribución de contenidos digitales, un sello de net cultura que además se ocupa de organizar actividades gratuitas en el espacio publico.

Burn Station, la estación copiadora ambulante, surge como respuesta a leyes de copyright, hechas por y para las corporaciones, que impiden compartir por Internet archivos de una minoría (los que cobran derechos de autor) pero también, y sobre todo, los de la mayoría, aquellos que solo quieren reproducir y difundir sus producciones y hacer uso de la potencialidad de las herramientas digitales y de la red.

En esta línea de reapropiación tecnológica se encuentra el proyecto Medellín WIFI: usar la información (y las herramientas que nos ofrece la era de la información) para consolidar la libertad del uso de la información (y de estas herramientas). Este proyecto colaborativo pro-redes sin cables en Medellín surge con el objetivo de “crear en las ciudades, los pueblos y los barrios una nube que Techo-a-Techo permita el acceso libre a las redes e Internet.” Cuenta hoy con 5 nodos estables, puntos de acceso inalámbricos que darán vía en el futuro, a una red de contenidos culturales y sociales. Medellín WIFI es un grupo autónomo que trabaja localmente por impulsar todo tipo de apropiaciones tecnológicas.

Compartir la información sobre como acceder libremente a una red es una forma de comportamiento en red que no aparece con las nuevas tecnologías sino que, su existencia previa, preconfigura la estructura que terminará adoptando finalmente esta red en Internet. ¿Pero hay un único posible comportamiento en red? Definitivamente no. Una red puede describirse tanto por lo que se ofrece y lo que se niega, lo que se abre y lo que se cierra. Son redes las agrupaciones libertarias y también las sociedades secretas. Las que se ven, y las que se ocultan.

Red Libre Red Visible es un proyecto que combina diferentes herramientas y procesos para visualizar, flotando en el espacio, la información que intercambian los usuarios de una red. Mediante la utilización de un software de realidad aumentada que han desarrollado y disponible a través del sitio web, es posible ver objetos virtuales de colores, que representan los datos digitales, flotando alrededor. Estos objetos virtuales cambian de forma, tamaño y color en relación con las diferentes características de la información que está circulando por la red.

Entender el funcionamiento de las redes, nos permite saber a cuáles tendremos acceso y a cuáles no. A cuáles nuestro trabajo se sumará y contra cuáles chocará. Y dentro de ese flujo efímero y turbulento, nuestras palabras se podrán reproducir infinitamente como memes en el mar de Internet, o bien desaparecer en un instante, con la velocidad de la electricidad, cual si estuvieran en una memoria RAM que alguien acaba de desconectar.

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