Barcelona, Valencia y Palma, juntas en el CCCB

La muestra expone imágenes del bolso fetiche de Rita Barberá y de la escobilla de Jaume Matas

BARCELONA, 25 May. (EUROPA PRESS) –

El Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB) inaugurará mañana la exposición ‘Barcelona--Palma’, una muestra que pretende encontrar los puntos que unen a las tres ciudades.

La muestra, que lleva por subtítulo ‘Una historia de confluencias y divergencias’, ha sido comisariada por el catalán Ignasi Aballí, el mallorquín Melcior Comes y el valenciano Vicent Sanchis y muestra la cara más amable, pero también la más oscura, de unas ciudades que, como recordó hoy el director del CCCB, Josep Ramoneda, a veces han sido tocadas por el “virus de la espectacularidad, e inevitablemente, por el virus de la corrupción”.

El recorrido arranca de la mano del mayor nexo que une a las tres urbes: el Mediterráneo, con una mirada al futuro que profetiza cómo serán las tres ciudades en 2085, si no se hace nada para detener la subida del nivel del mar, fruto del cambio climático.

Después se pasa rápidamente a uno de los temas que más “divergencias” suscita, el catalán como lengua común. En este ámbito, dominado por los gráficos y vídeos explicativos, se repasan los diferentes usos sociales del catalán y el castellano y la convivencia con las nuevas lenguas provenientes de la inmigración.

Una de las características que une a Barcelona, Valencia y Palma es, como explicó Sanchis, su gusto por la “espectacularidad y el horterismo”, y para demostrarlo, la muestra exhibe proyectos faraónicos, como una gran maqueta del circuito urbano de Fórmula 1 de Valencia y renders del teatro de la ópera que Jaume Matas encargó a Santiago Calatrava para la bahía de Palma un mes antes de perder las elecciones.

La política no pasa desapercibida en una muestra que tiene uno de sus núcleos centrales en la corrupción, pues incluye un espacio para hablar, veladamente y entre líneas, de los casos Gürtel, Palmarena y Millet. Una instalación del artista Daniel G. Andújar habla de los ‘Objetos de deseo’ de la “oligarquía cleptómana” de la política local.

Así, las imágenes del bolso fetiche de Louis Vuitton de Rita Barberá y de la escobilla de váter de Jaume Matas se convierten en objetos de culto, aunque la estrella de este espacio es una recreación de la casa de Fèlix Millet en Ametlla de Mar (Barcelona) hecha con billetes de 100 y 500 euros. Para ahondar aún más en esa “ciudad fea” la exposición también incorpora un espacio interactivo: ‘La ciudad de los horrores’, donde los visitantes pueden colgar y votar a tiempo real en una web las fotografías de los lugares más feos de las tres ciudades.

La vertiente hedonista que comparten las tres capitales se explica con referencias al ocio nocturno, las drogas y la prostitución, pero también con manifestaciones festivas como la noche de San Juan, las Fallas, –se incluyen las cenizas de la última falla de Na Jordana– y el amor por la gastronomía, que se simboliza con tres torres de monas de pascua, ensaimadas y botes de horchata.

Si la exposición arranca con una mirada al futuro, se cierra con la vista puesta en el pasado, en la historia medieval que comparten las tres ciudades y que se escenifica con planos históricos y maquetas de edificios góticos emblemáticos, como Santa Maria del Mar y la catedral de Valencia.

DIVERGENCIAS EN VALENCIA

La exposición estará en Barcelona hasta el 12 de septiembre, y a finales de año se podrá ver en Palma. De momento, no viajará a Valencia, por el desinterés de las autoridades públicas valencianas, que según Sanchis, no consideran “inofensiva” la exposición.

Los organizadores de la muestra explicaron hoy que no hay un “ansia” por llevar la exposición a Valencia, y que prefieren esperar a que se abra para ver si se “evaporan los prejuicios”. Ramoneda lamentó que las invitaciones para la inauguración de hoy en Barcelona hayan recibido por respuesta el “silencio administrativo” por parte del gobierno valenciano.

La muestra está coproducida por el CCCB y la Conselleria de Cultura y Medios de Comunicación de la Generalitat de Catalunya. En representación suya, el secretario de Cultura, Eduard Voltas, lamentó que la exposición llega “30 años tarde”, en referencia, según dijo, “a la lucha entre el nacional catalán y el proyecto nacional español” que se vivió en territorio valenciano hace 30 años.

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